[No va a servir de mucho; no están las cosas como para perder 50 euros por ir a una huelga; ahora que tocan el bolsillo de los funcionarios es cuando se mueven los sindicatos; soy eventual y bueno...]
[Si no nos movilizamos ya esto irá a peor; claro que voy a la huelga, me quitan un buen pico; voy por solidaridad con los compañeros...]
Estos dos grupos de respuestas muestran porqué la huelga planteada para hoy en el sector público pasará bastante desapercibida y se olvidará con facilidad, aunque las cifras intenten disimular un éxito o un fracaso.
Me pregunto quién impone la máxima del "divide y vencerás" para que en una parte de los trabajadores, los empleados públicos, surja esa desunión que también existe en la otra parte. Todos los trabajadores, públicos o no, son un mismo cuerpo en el que cada órgano tiene que funcionar coordinado con los demás, porque de lo contrario tendremos un cuerpo débil y expuesto a cualquier enfermedad.
Si no se tiene clara esa intencionalidad de dividir a los trabajadores, para que no haya conflicto social, apaga y vámonos. Ese "mercado" al que casi nadie quiere poner nombres y apellidos, trata al trabajador de la misma forma. Lo tiene claro: una herramienta para generar beneficios que le resulte barata. Es por esta claridad que en estos momentos tiene la sartén por el mango. Mientras, el ingenuo trabajador aún no sabe que se trata de una herramienta imprescindible... Hace poco escuché a Julio Anguita decir algo tan lógico como que una empresa sin trabajadores nunca podría funcionar, pero una empresa sin empresario, sí que podría hacerlo...
Yo no sé a vosotros, pero a mí me conmueve cualquier injusticia que se produzca en cualquier lugar, y un ataque a los trabajadores es una de ellas, al igual que a los pensionistas, a los parados, o a los derechos sociales, independientemente de situaciones personales. Ya sólo queda esperar a una previsible y próxima huelga general, porque las circunstancias se dan desde hace tiempo, y los trabajadores debemos saber que "la unión hace la fuerza", que tenemos que prepararnos para entonces y mostrar cierta empatía con quienes son agredidos una y otra vez.
[Si no nos movilizamos ya esto irá a peor; claro que voy a la huelga, me quitan un buen pico; voy por solidaridad con los compañeros...]
Estos dos grupos de respuestas muestran porqué la huelga planteada para hoy en el sector público pasará bastante desapercibida y se olvidará con facilidad, aunque las cifras intenten disimular un éxito o un fracaso.
Me pregunto quién impone la máxima del "divide y vencerás" para que en una parte de los trabajadores, los empleados públicos, surja esa desunión que también existe en la otra parte. Todos los trabajadores, públicos o no, son un mismo cuerpo en el que cada órgano tiene que funcionar coordinado con los demás, porque de lo contrario tendremos un cuerpo débil y expuesto a cualquier enfermedad.
Si no se tiene clara esa intencionalidad de dividir a los trabajadores, para que no haya conflicto social, apaga y vámonos. Ese "mercado" al que casi nadie quiere poner nombres y apellidos, trata al trabajador de la misma forma. Lo tiene claro: una herramienta para generar beneficios que le resulte barata. Es por esta claridad que en estos momentos tiene la sartén por el mango. Mientras, el ingenuo trabajador aún no sabe que se trata de una herramienta imprescindible... Hace poco escuché a Julio Anguita decir algo tan lógico como que una empresa sin trabajadores nunca podría funcionar, pero una empresa sin empresario, sí que podría hacerlo...
Yo no sé a vosotros, pero a mí me conmueve cualquier injusticia que se produzca en cualquier lugar, y un ataque a los trabajadores es una de ellas, al igual que a los pensionistas, a los parados, o a los derechos sociales, independientemente de situaciones personales. Ya sólo queda esperar a una previsible y próxima huelga general, porque las circunstancias se dan desde hace tiempo, y los trabajadores debemos saber que "la unión hace la fuerza", que tenemos que prepararnos para entonces y mostrar cierta empatía con quienes son agredidos una y otra vez.
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