Casi nueve meses, casi un parto. Eso es lo que he tardado en volver a entrar en este blog para publicar algo.
Es lo que tiene la falta de constancia y lo difícil que me resulta mezclar un rojerío frustrante ante la cantidad de vendas que a la mayoría de la sociedad le han encorsetado para no ver la realidad; un ecologismo inlograble por un entorno social inconsciente, apenas abierto a lo que "es natural"; y una deformación profesional que de un día para otro te lleva a un arcaicismo ridículo y donde las nimiedades son los productos más vendidos y no se si los productos más demandados.
Pepinos y calabacines del huerto
Si resumo lo que ha pasado en estos casi nueve meses termino pronto: lo mismo de siempre. Nada ha cambiado desde entonces, no para mí, que no es lo importante y saldré adelante aún con mi nueva faceta de "parado", sino para la sociedad en su conjunto, para la gente, para todos y todas. Se podría decir que la crisis y la coyuntura actual ha cambiado y empeorado la situación de la gente, por supuesto, pero al fin y al cabo yo no me sentía orgulloso de lo que teníamos antes, ¿o acaso era bueno?
Simplemente, y por no extenderme en este tardío post, lo que vengo a decir es que no se puede pedir peras al olmo. Habrá que sembrar un peral para eso.
3 comentarios:
Siembra, siembra. Sembrar algo significa tener esperanzas.
Y bienvenido de nuevo.
Gacias por la bienvenida Guillermo. Espero no dejar de hacerlo, porque me gusta y porque tienes razón en lo que significa.
Un saludo.
cuanto tiempo sin saber nada de vos por la red, amigo Carlos!!! Efectivamente, nos han tocado años duros, pero me pregunto si acaso nos habíamos llegado a creer que la ilusión iba a durar para siempre... El espejo está roto en pedazos y todavía no sabemos qué saldrá de todo esto...
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